lunes, 23 de noviembre de 2009

El artista que hay en mi

Muchas veces cuando me paraba frente al televisor podía ver los grupos que estaban de moda, debo confesar que efectivamente soy de una generación un tanto extraña---



En mi casa, digamos que soy el sandwich... ni formaba parte de la camada mayor, ni mucho menos encajaba con la camada menor... así que mucha de mi infancia la viví entre adultos y cuidando niños... Mis primos los mayores me veían como un estorbo pues era un "mocosillo" y ellos ya estaban en sus "movidas" y para los chicos era el grande y sus juegos me parecían aburridos. Así que entre adultos, libros y horas de nano pasaron algunos años.


En aquella época el rock de Iron Maiden me daba miedo a la par que mis primos escuchaban Kiss y me hacían correr por las escaleras de su casa persiguiéndome con las portadas de sus discos mientras gritaba de terror. Bendito Dios la siguiente época de la música resurgió con grupos como Parchis y Menudo ( y la verdad yo los veía como mayores a mí) pude dejar de escuchar un rato a Vicente Fernández, la Salsa y los ritmos cubanos de mi padre.


Adentrarme en el mundo de la música no fue difícil (la mayor parte del tiempo estaba solo por no tener hermanos), mis padres siempre han sido musicales así que siempre habían más de un aparato reproductor de música en la casa, el primero del que tengo memoria fue uno de esos para casettes cuadrados de 8", con cara de robot, la verdad era de un diseño moderno y llamativo. Luego recuerdo la grabadora y el mejor de todos un Componente Fisher... no recuerdo mucho el tocadiscos, pero se que teníamos uno y hasta que me regalaron 2 o 3 discos de acetato, ha ha ha, luego creo que acabaron como regalo de 10 de mayo para una manualidad de la primaria.


La música fue realmente importante para mí, a los 9 ya tenía mi primer WalkMan, uno de casettes y los primeros que tuve míos fueron Thriller de M. Jackson y un concierto de Tchaikovsky   la verdad el contraste era muy marcado, peor de no haber sido por esa selección de mi madre hoy no tendría gusto ni por Jackson ni por Tchaikovsky.. y analizándolo con algo de detenimiento.. el mejor ejemplo del Capitalismo y el arte musical del otro extremo.


Los grupos llenos de chavos se fueron haciendo moda, no llegue a identificarme ni con Menudo con sus trajes de plástico e historias de sexo ni mucho menos con Parchis quienes se me hacían un grupo de "tetos" cantando boberías... si eso pensaba yo que tenía 7 no se que pensarían mis padres. 


El impacto musical llegó cuando aparecieron "Juguemos a Cantar", escuchar canciones como "mi caballo de palo" y a Lorenzo Antonio pude sentir la música, que es muy distinta a solo oírla (vean videos abajo).


Luego llego Timbiriche y me acompañaron toda mi adolescencia... así como el deseo de ser parte de esos grupos, tuve todos los casettes, no perdí ninguno e incvluso a los 13 usaba pantalones de pinzas con sendos swetters... los Hombres G fueron la transición a lo mas cool! Usar Gel y el fleco levantado era un atrevimiento, y no sabía como mostrar esa nueva etapa en mí, si era el niño bueno del cuento en la familia. Para hacerme de nuevos casettes tuve que decirle a mi tía que vino desde CHile que me los comprara de contrabando, y no solo ese sino el de Enanitos Verdes y Soda Stereo... "tus viejas cartas", "la persiana americana" y "que vas a hacer cuando seas grande" retumbaron en la sala no una sino mil veces. La verdad es que admiro la paciencia de mi madre cuando ponía las canciones una y otra, y otra y otra vez.


Hoy existen La Academia y otros Shows donde puedes aspirar a cantar, en aquella época tenías que ser hijo de La Profe Godzila o de Susana Dosamantes para estar en el proyecto.


Simpre quise cantar en TV y formar parte de esos grupos, es más soñaba con estar dentro de ellos, cuando fuí universitario estuve en más de uno, no precisamente comunes sino de música Gospel, pero satisfice mi necesidad de SER y ESTAR. Cundo vi a RBD y todo el fenómeno cultura que se dio con ellos pude darme cuenta de cuanto te cambia la música... no me imagino una novela con Thalía y Diego Shoenning en el Elite Schooll de Pedro Damián, pero si pude percibir la influencia de sus temas en la sociedad moderna... es más #yoconfiezo (bien Twittero) que usé la novela para cambiar el uniforme de una prepa con la idea de incrementar los alumnos usando el modelo RBD y créanme funcionó.


Canté en la regadera, canté en mi cuarto, canté a cappela y con grupo, solo y con 2,000 personas.. lo que si me atrevo a decir es que el artista que hay en mí lo es por un solo motivo... la música.


“Cuando la música de una sociedad cambia, la sociedad completa cambia” (Platón).







sábado, 21 de noviembre de 2009

Sushi




Hoy volví a un restaurante que me trae viejos recuerdos: "Sushi Koba" en Reynosa.
"SK" fue uno de los primeros en ofrecer sushi en la ciudad; hoy después de 7 años sigo llegando a comer al menos una vez al mes, es mas twitteando en blog #yoconfieso que en el "SK" fue mi primera vez... Que comí sushi.

Esa primera vez fue una tarde con mis compañeras de la universidad, como yo era el autosuficiente también era al que llevaban de adorno pues tenían que pagar mi cuenta.

En cuanto llegaron al "SK" comenzó el desfile de palabras japonesas... Haciendo gala de un japonés con acento americano comenzaron a pedir sus platillos, al final se acerca el mesero y me receto el clásico:

- Y usted joven

Puse mi carita de "what?" y en eso Eriquita Palacios salió a mi rescate y pidió algo por mi. Primera prueba superada.

El terror inicio al momento de ver mi platillo y tener los palilloas al lado y hacer el intento de usarlos, hábilmente me dedique a hablar y observar como comían para luego por imitación intentar no perder el equilibrio de los palillos, ejercer presión al mismo tiempo y mas encima mantener la concentración necesaria para que en el camino no se callera el sushi antes de llegar a mi boca.

Puede parecer simple e incluso algo ilógico pero mi primera vez en el Koba me hizo darme cuenta que dejaba de ser un universitario para convertirme en un egresado, nuestra platica ese día ya no era el examen ni mucho menos la fiesta de graduación era acerca de los trabajos a los que aplicaríamos, las practicas profesionales o ya de nuestros empleos.

La "impronta" emocional del cambio de una etapa a otra nunca llega a ser tan fuerte como la que se da en la transición de la universidad al mundo del trabajo formal.

En mi caso, el primer graduado de universidad, el fin de esta época represento el salto a los sueños y el inicio de una carrera; cuando pasé a esta etapa me di cuenta que todo dependía de mi actitud, y sobre todo de la orientación que le diera a mis esfuerzos.

Después algunos minutos, dos rollos desechos en la salsa de soya y la platica aprendí a comer sushi... Esa fue la ultima vez que comí con todos mis compañeros de generación.

La segunda de LMK del IIES.



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viernes, 20 de noviembre de 2009

Y queria volar

Los ultimos siete años me he dedicado a ayudar a muchos jovenes a elegir una Universidad donde cursar una carrera universitaria o un bachillerato. Aunqe para ser francos trabajando para dos marcas, una buena y la otra excelente.

Comprendí un buen día que no solo se trataba de eso, sino de guiar a otros por una senda que yo mismo viví de una manera divertida. Hoy a ese camino lo he resumido en 45 mins en una charla que llamamos "quiero volar".

La forma cambia cada campaña, conforme cambian los chicos pero sobre todo conforme voy profundizando como llegue a este punto: ser un mercadologo.